Los juegos que más atraen suelen ser los competitivos porque permiten demostrar esfuerzos y habilidades.
A tod@s nos gusta ganar, pero este tipo de juegos acentúan mucho las diferencias y pueden llegar a generar frustraciones.
Jugar a cooperar puede parecer una contradicción, ya que “juego” se identifica con “ganar y perder”.
¿Por qué va a ser divertido jugar sin competir? ¿Puede ser entretenido jugar en grupo, colaborando para lograr un triunfo común?
¡¡¡Sí!!! Porque en este tipo de juegos tod@s han de participar, independientemente de si se es más o menos torpe y sobretodo porque es un reto para tod@s que hace sentir bien a todo el grupo cuando se ha superado. Puede ser tanto o más divertido que otro tipo de juegos pero además refuerza trabajar en equipo y eso es muy importante.
Busquemos juegos cooperativos o…¡transformemos los juegos en cooperativos!
Una manera sencilla de convertir el clásico juego de las sillas musicales en cooperativo es en vez de eliminar participantes en cada turno, se quita una silla y así tod@s deben compartir asiento hasta que en una o varias de las sillas se sienten tod@s.
Alternemos los juegos competitivos con los cooperativos. Los juegos cooperativos nos enseñan a convivir.
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