La necesidad de jugar

La necesidad de jugar

La necesidad de jugar

El juego es imprescindible para el correcto desarrollo infantil porque estimula, favorece y posibilita todo tipo de aprendizajes. El niño/a no sólo ha de aprender los colores, los números u otros contenidos escolares relacionados con el desarrollo intelectual, sino que ha de desarrollarse y evolucionar también en otros aspectos muy importantes como la coordinación de los movimientos, el lenguaje, la socialización, el desarrollo emocional… Es importante saber que los distintos tipos de juguetes contribuyen a favorecer estos aprendizajes y los adultos hemos de esforzarnos en proporcionar juguetes suficientes, adecuados y variados, que posibiliten un desarrollo integral de la personalidad del niño/a.

¿QUÉ OCURRE CUANDO UN NIÑO/A TIENE DIFICULTADES PARA JUGAR?

Sin duda una carencia importante de juego en la infancia ocasionará un desarrollo incorrecto e incompleto de la personalidad del niño/a. Estas anomalías pueden manifestarse en uno o varios aspectos (intelectual, social, lingüístico…) y ser más o menos severas en función del grado de privación.

Según proclamó en 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificó en 1990 el Parlamento Español, jugar es un derecho de la infancia y los adultos hemos de velar por su cumplimiento en todos y cada uno de los niños y niñas, aunque en algunas situaciones se encuentren serias dificultades para el desarrollo de esta actividad.

¿EN QUÉ CIRCUSTANCIAS SUELEN TENER LOS NIÑOS/AS MÁS DIFICULTADES PARA JUGAR?

Podemos decir que hay dos grandes tipos de motivos que pueden ocasionar dificultades en el desarrollo de una actividad lúdica normal. Por un lado, encontramos los motivos relacionados con el contexto o la carencia de recursos y por otro, aquellas limitaciones surgidas a partir de algunos tipos de discapacidad o algunas exigencias debidas a enfermedades del propio niño/a.

¿Qué se puede hacer para facilitar la actividad lúdica en estas situaciones?

Carencia de recursos

rabajar en la creación de recursos públicos que favorezcan y posibiliten el juego en los contextos más desfavorecidos. En España hay ya cerca de 400 ludotecas que contribuyen a estimular el juego infantil en diferentes contextos.

Niños/as hospitalizados durante largos periodos de tiempo.

Determinar acciones que permitan introducir este recurso en el contexto de los hospitales y formar al personal sanitario respecto a la importancia del juego para el correcto desarrollo de estos niños/as y su más pronta y eficaz recuperación. En nuestro país ya se están llevando a cabo experiencias en este sentido.

Niños/as con alguna discapacidad (motora,visual, etc.)

Investigar e informar a los consumidores sobre cómo adaptar juguetes para niños/as con discapacidad o sobre cómo adquirir juguetes ya adaptados. También es importante informar y formar a las empresas de juguetes sobre algunos requisitos a tener en cuenta en el diseño de los juguetes, para facilitar su uso también por parte de niños o niñas con discapacidad.

Jugar es necesario. Prohibido no jugar

Si nos fijamos, veremos que los niños/as juegan casi en todas partes y en todas las situaciones. El juego no sólo les divierte y les hace felices (que no es poco), sino que les ayuda a desarrollarse y a aprender. Los distintos tipos de juegos favorecen el desarrollo infantil en todas sus facetas (intelectual, motora, social, afectiva, lingüística…) y por ello todos los niños necesitan jugar. Jugar no es un capricho, es una necesidad.

PROHIBIDO NO JUGAR.

Paradójicamente, sucede que, en algunos lugares donde los niños deben pasar necesariamente su tiempo, se considera que jugar es inapropiado. En demasiadas ocasiones el juego se considera como algo accesorio y a veces molesto. Pero hemos de saber que, donde haya niños/as, si queremos que éstos estén lo más a gusto posible, debemos considerar este recurso. Además de las tremendas aportaciones del juego libre, la actividad lúdica puede ser dirigida, provocada o facilitada por parte de distintos profesionales con el fin de conseguir determinados objetivos educativos o psicológicos.

Pensemos por ejemplo en la escuela. Gran parte de la infancia transcurre en la escuela y el profesorado se esfuerza por conseguir unos objetivos educativos con frecuencia difíciles de alcanzar. Es complicado motivar a los niños/as y también es difícil localizar recursos didácticos eficaces. Los juegos y juguetes pueden ayudar en esta difícil tarea. Una escuela donde habitualmente se juega para aprender es una escuela donde los niños/as disfrutan más y aprenden mejor. El recurso lúdico es un buen aliado para el contexto escolar.

Pensemos ahora en los hospitales infantiles.Los niños y niñas hospitalizados durante periodos de tiempo largos necesitan aún más que los demás la actividad lúdica para comprender, aceptar y afrontar su situación.

El juego les ayuda a tener una sensación de control sobre el ambiente y a expresar sus sentimientos, aliviando las tensiones emocionales y, por lo tanto, la ansiedad y el estrés.El juego permite canalizar la agresividad, ayuda a afrontar los miedos y mejorar la autoestima.

¿Se les ocurre otro medio que pueda contribuir en tan gran medida a disminuir los efectos negativos de la hospitalización infantil? El juego puede hacerlo y por ello debe estar presente en todos los hospitales donde haya niños/as .

Ojalá… que en un futuro a la mayoría de los profesionales y adultos no nos parezca raro ni improcedente que los niños jueguen en una escuela o en un hospital!. Si ello ocurre habremos avanzado en la educación, la salud y el bienestar infantil.

Jugar, divertirse, aprender

EL JUEGO ES IMPRESCINDIBLE PARA EL CORRECTO DESARROLLO INFANTIL porque estimula, favorece y posibilita todo tipo de aprendizajes. El niño/a no sólo ha de aprender los colores, los números u otros contenidos escolares relacionados con el desarrollo intelectual, sino que ha de desarrollarse y evolucionar también en otros aspectos muy importantes como la coordinación de los movimientos, el lenguaje, la socialización, el desarrollo emocional…

Es importante saber que los distintos tipos de juguetes contribuyen a favorecer estos aprendizajes y los adultos hemos de esforzarnos en proporcionar juguetes suficientes, adecuados y variados que posibiliten un desarrollo integral de la personalidad del niño/a.

JUGAR ES DIVERTIRSE, APRENDER, SOÑAR, DESCUBRIR, CREAR, COMUNICARSE, IMAGINAR, RELACIONARSE, REFLEXIONAR, IMITAR, INVENTAR, NEGOCIAR, DESARROLLARSE, DISFRUTAR, ES… ¡TANTAS COSAS!

Algunos consejos para seleccionar juguetes:

  • Tener en cuenta la edad y las capacidades del niño/a
  • Partir de las preferencias del niño/a y no de los gustos del adulto
  • Regalar juguetes variados que faciliten el desarrollo de todas las capacidades del niño/a
  • Repartir los regalos de juguetes durante todos los meses del año
  • Ser críticos con la publicidad y educar a los niños/as en ello
  • Orientarnos con las indicaciones pedagógicas y de edad que se suelen incluir en los envases
  • Buscar y respetar las indicaciones de seguridad
  • No hacer distinciones en cuanto al sexo del destinatario
  • Intentar no favorecer la violencia ni la agresividad con los juguetes regalados
  • Ser conscientes de que todos los juguetes pueden enseñar algo
  • Regalar juguetes en los que el protagonista sea el niño o la niña, no el propio juguete.

Y recuerda… juega con ellos/as siempre que puedas. ¡Es importante! El juguete siempre se regala, no se impone, y observar a nuestros hijos e hijas puede que sea la mejor guía para saber qué les interesa, les conviene o les resulta más útil. Observémosles y pensemos antes de elegir.

El juego les ayuda a tener una sensación de control sobre el ambiente y a expresar sus sentimientos, aliviando las tensiones emocionales y, por lo tanto, la ansiedad y el estrés.El juego permite canalizar la agresividad, ayuda a afrontar los miedos y mejorar la autoestima.

¿Se les ocurre otro medio que pueda contribuir en tan gran medida a disminuir los efectos negativos de la hospitalización infantil? El juego puede hacerlo y por ello debe estar presente en todos los hospitales donde haya niños/as .

Ojalá… que en un futuro a la mayoría de los profesionales y adultos no nos parezca raro ni improcedente que los niños jueguen en una escuela o en un hospital!. Si ello ocurre habremos avanzado en la educación, la salud y el bienestar infantil.

Jugar por jugar

Hay una cierta tendencia a saturar a los niños con actividades complementarias, tanto formativas como deportivas porque queremos que tengan una amplia y completa preparación. Sin darnos cuenta estamos fomentando hábitos adultos en los más pequeños (prisas, preocupaciones, estrés…) y no debemos olvidar que el «trabajo» de los niños/as es precisamente, jugar. Socialmente se valora más el aprender contenidos de todo tipo, y no se le da importancia a saber ocupar el tiempo libre ni a aprender a organizarlo.

En esta sociedad tan acelerada el tiempo es de las pocas cosas que aún no se puede comprar y en muchas ocasiones los más pequeños lo que reclaman es tiempo para jugar a lo que quieran y con quien quieran.

«¡Qué feliz eres, chiquillo, tirado ahí en el polvo, jugando hora tras hora con ese palito!.No puedo menos que reírme viéndote jugar y jugar toda la mañana con ese pedacillo de palo. Yo sumo y sumo, hora tras hora también, preocupado con mis cuentas. Y quizá tú, mirándome, piensas: ¡Vaya un juego tonto!!Qué ganas de perder la mañana!«. Rabrindranaz Tagore.

Calidad de vida no es sólo tener tiempo libre sino saber disfrutarlo.

Me aburro, ¿jugamos?

Alguna vez hemos oído esas palabras de nuestros hij@s, y seguro que nuestras respuestas han sido muy parecidas «¡cómo es posible si tienes muchos juguetes!», «coge un libro y no te aburrirás», «a tu edad ya me hubiera gustado a mi tener todos tus juguetes…»

Está claro que hoy en día los niños/niñas tienen casi todo lo que piden, pero eso no significa que los juguetes siempre les entretengan. Un juguete es mucho más divertido si se comparte, por eso es necesario que tu hij@ tenga buenos compañer@s de juego.

Con «buenos compañer@s» nos referimos a vosotros (papás y mamás), sus herman@s o bien algún amig@; esto significa que al jugar no intentemos buscar rentabilidad al tiempo de juego, es decir, que no seleccionemos siempre los juegos o juguetes por su contenido educativo sino también y especialmente por su grado de diversión.

Diversas teorías nos recuerdan lo importante que son las relaciones sociales para el aprendizaje. Por eso los niños/niñas necesitan compartir sus juegos, comunicarse, perder y ganar junto a otros niños/niñas o adultos, inventar, reflexionar…compartir el recurso más importante que tienen: «El Juego».

Desde el juego el aprendizaje se produce sin buscarlo, aparece sin más… pero sin diversión, no hay juego. Jugar no sólo es usar juguetes, jugar es compartir.

 

 

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