Melchor me va a traer una metralleta
La educación para y por la paz, debe estar presente durante toda la infancia y la adolescencia.
¿Le debo comprar una pistola si me la pide?
Es una pregunta que nos hacemos cuando nuestro hij@ nos pide un juguete bélico o agresivo. Los niños/niñas cuando juegan imitan lo que ven o reproducen sus experiencias cercanas sean reales o ficticias. No podemos dejar de un lado la realidad en la que vivimos, ya que, los niños/niñas ven situaciones violentas y agresivas en las series de TV, en los dibujos, en las noticias.
Por ello, debemos evitar y controlar las circunstancias en las que nuestro hij@ pueda ver situaciones violentas y ser capaces de dialogar cuando presencie alguna escena de este tipo. La solución más adecuada no es negarnos o prohibir de forma drástica las peticiones hacia este tipo de juguetes, ya que podemos crear una idealización y aumentar, de hecho, el deseo hacia estos juegos.
Además, sus propios dedos o cualquier otro objeto se pueden convertir en un arma inventada para jugar.
La solución radica en que el niñ@ no sienta la necesidad de imitar situaciones violentas, y para ello, debemos controlar las situaciones donde visualice estas acciones, recordando que es importante el juego compartido con los adultos, ya que de esta forma podemos reconducir estas situaciones hacia juegos no agresivos y proponer juguetes alternativos pero de interés para ellos.
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