Si hiciéramos una encuesta entre nuestros hijos e hijas para que nos dijeran qué época del año es su preferida estamos convencidos de que saldría por mayoría la estación actual: el verano. No tener clases, la piscina, los juegos al aire libre…
El verano es el momento perfecto para que nuestros peques aprendan de una manera lúdica y divertida. Durante los más de 2 meses de cese de actividad escolar, los papás y mamás nos convertimos en los protagonistas absolutos en la educación de nuestros hijos e hijas.
Es importante que los niños y las niñas no se olviden de la parte educativa y formativa. Al contrario, debemos aprovechar estos meses para potenciar su educación y aprendizaje. A continuación, vamos a explicarte las mejores ideas para que sigan aprendiendo durante el verano.
¡Aprovechemos esta fantástica oportunidad!
¿Recuerdas tu infancia?
Formarse no significa solo estudiar. La relación con otros niños y niñas servirá para potenciar sus habilidades sociales. Con más tiempo libre nuestros peques reforzarán la relación con otras personas. Los meses estivales han marcado la niñez de muchos de nosotros, si no echa la vista atrás y recuerda tu infancia. Tus amigos y amigas subiendo a tu casa, aquellos interminables y divertidísimos partidos de fútbol y baloncesto, las tardes en la piscina, las manualidades compartidas…
Haz retroinspección y trasládate hasta aquel verano en el que, seguro, viviste inolvidables momentos que, aunque no te dieras cuenta, contribuyeron a tu aprendizaje ayudándote a convertirte en la persona que hoy eres.
Descubrir nuevos amigos y amigas, nuevos lugares, juegos que no se pueden llevar a cabo en otros momentos del año, nuevas experiencias… y todo ello con la sensación de libertad que da tener todo el día por delante para disfrutar, jugar y aprender.
Ideas para potenciar la educación divirtiéndose
A los padres y madres nos cuesta motivar a nuestros hijos e hijas para que jueguen y aprendan a la vez. A veces, se hace complicado y el verano es largo. Hacer cosas nuevas y tener ideas chulas es difícil.
Los niños y niñas saben ser innovadores, creativos y exploradores. Ellos mismos son capaces de descubrir sus propias ideas e inventar sus propios juegos. Pero muchas veces no son todo lo educativos que nos gustaría.
Por ello, te vamos a dar unas cuantas ideas para potenciar la educación de los niños y niñas durante el verano. ¡Coge libreta y boli y toma nota!
El juego y el juguete en verano
No se tú, pero nosotros no olvidamos cuando cada verano de nuestra infancia nuestros padres nos regalaban un juguete nuevo. Solía ser el momento más especial del verano. Ese ritual se convertía en un momento tan mágico como cuando se abrían los regalos el día de Reyes. Era como el pistoletazo de salida del verano. Una señal para ponernos en modo “diversión”.
Con un juguete nuevo nunca nos aburríamos. Cualquier juguete nos hacía pasar horas y horas de diversión. Y si nos aburríamos de alguno de ellos pronto le buscábamos un nuevo uso, esta vez más innovador y jovial.
No hay nada más divertido y educativo que un buen juguete. Los niños y niñas aprenden jugando. Es su manera de ir conociendo el entorno que les rodea de una manera segura y controlada.
Pero atención, hablamos de juguetes. ¡No de nuevos juegos para el móvil!
Colaborar en las tareas de casa
El verano es ideal para enseñar a los niños y niñas a colaborar en las tareas del hogar. No debemos enfocar estos aspectos como algo aburrido y tedioso, sino todo lo contario. ¡Como una magnífica posibilidad para desarrollar aprendizajes compartidos y pasar tiempo en familia!
Es una manera fantástica de enseñarles a ser responsables, organizados y educarles en valores igualitarios e inclusivos.
Hay mil formas de lograr que los niños y las niñas participen de una forma divertida, disfrutando, casi jugando y organizándose para que sea una experiencia estupenda.
El libro, tu mejor amigo en verano
Un buen libro puede ser uno de nuestros mejores amigos durante la época estival. Sobre todo, si versa sobre una temática que llame la atención y deje volar la imaginación de nuestros niños y niñas.
Todos recordamos las aventuras literarias de nuestra infancia, marcadas por veranos compartidos con Tintín o Manolito Gafotas, y al ser un poco más mayores por la trilogía del Señor de los Anillos, el Hobbit, Harry Potter y todo lo que tuviera que ver con la fantasía. Aunque pasar todo el día jugando al aire libre con los amigos y amigas es muy atractivo, siempre resulta divertido encontrar tiempo para vivir aventuras a través de la lectura con los personajes favoritos de los peques.
En definitiva, el verano ofrece una magnífica oportunidad para fomentar la afición por la lectura. Sobre todo, con libros que les puedan gustar. Es una manera de que nuestros niños y niñas puedan aprender a fomentar la educación lectora y desarrollen su imaginación pasando momentos divertidos. Regalar un libro no solo es regalar cultura, sino también brindar a nuestros hijos e hijas experiencias inolvidables que les pueden marcar positivamente como persona y acompañar durante toda su vida.
Aprovecha la naturaleza
Si hay algo de lo que se puede disfrutar durante el verano es del aire libre y, sobre todo, de la naturaleza. Pasar tiempo en el campo, dar paseos por el bosque y disfrutar de las vistas que nos ofrecen las montañas pueden ser experiencias sensoriales muy placenteras para los niños y niñas.
La naturaleza es el entorno ideal para familiarizarse y descubrir cosas que la ciudad no puede ofrecernos. Los más peques de la casa aprenderán a explorar y respetar la naturaleza como no lo conseguirían de otra manera. Podrán tocarla con sus propias manos y verla con sus propios ojos.
Conocer la naturaleza es el primer paso para aprender a amarla y respetarla. Además, en los entornos naturales los peques podrán recargar las pilas, respirar aire fresco y jugar en contextos más saludables. Los juegos al aire libre nunca fallan a la hora de separar a los niños y niñas de los teléfonos móviles y de las pantallas digitales.
Pasar momentos en familia
El trabajo de los papás y mamás, la incompatibilidad de horarios, los viajes profesionales, las actividades extraescolares… Son muchos los inconvenientes que en nuestro día a día nos impiden establecer una comunicación fluida con nuestros hijos e hijas. Durante el curso, las conversaciones en familia suelen limitarse al momento de la cena, los fines de semana o a veces ni eso.
En cambio, el verano se convierte en el momento ideal para compartir momentos de calidad, donde prime el cariño y el afecto por nuestra familia. Disfrutando de la tranquilidad y de los tiempos y experiencias sin prisas.
Pasar tiempo centrados en los intereses, las inquietudes, divirtiéndonos… permitirá establecer nexos afectivos y emocionales mucho más fuertes con nuestros hijos e hijas.
En un ambiente familiar, disfrutando cada momento ayudaremos a que los niños y niñas:
- Desarrollen la escucha activa y la empatía hacia el resto de personas.
- Se sientan escuchados y respetados por la familia.
- Aprendan de nuestros conocimientos y experiencia.
- Estimulen su socialización y sus habilidades comunicativas.
- Aprendan a expresar sus emociones, sus inquietudes, etc.
Seguro que será una experiencia maravillosa para los peques…. Y, sin duda, también para ti.
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