La preocupación de papis y mamis
Cuando un niño o niña no quiere comer de forma habitual, los papis y mamis, así como el resto de la familia se preocupa, se desespera, hasta entra en pánico, según la magnitud de la inapetencia de su pequeño/a.
Nacen los temores y la hora de la comida se convierte en un auténtico reto. Cuando un niño/a no se alimenta bien y no recibe todos los nutrientes que su organismo tanto necesita para crecer y desarrollarse es cuando realmente esta actitud puede traer problemas. Por eso, si tu peque es «mal comedor», no te agobies e intenta aplicar estos consejos.
Dejar que los niños/as manipulen los alimentos
El conocido Baby Led Weaning (BLW), es el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses en forma de alimentos enteros, en lugar de triturados, con el tamaño y forma adecuadas para que sea el propio bebé el que los coja con sus manos y se lo lleve a la boca en función de su apetito y preferencias. Es decir, hervir la verdura y la carne/pescado y ofrecérsela en trozos alargados para que este sea capaz de cogerlos sin problemas con sus manos.
Cada vez más papis y mamis están apostando por este método de alimentación para agregar alimentos complementarios a la dieta de leche materna o fórmula de un bebé.
Con el BLW se aprovecha la curiosidad innata que tienen los bebés para explorar, experimentar e imitar a los adultos poniendo en práctica la alimentación autorregulada.
Respetar y entender a los peques
Una vez descartado cualquier problema de salud, es importante que hagamos el ejercicio de intentar comprender a nuestro hijo/a. Y es que, en algunas ocasiones los peques no tienen apetito como nos podría pasar a nosotros/as.
Respetar el «ya no quiero más» de los niños/as es complicado pero nadie mejor que ellos/as saben qué necesitan, lo más importante es que, independientemente de la cantidad de comida que coman, esa comida que ingieran sea de calidad, comida real, y no comida procesada o que no le aporte nutrientes. Por eso, hay que evitar tener en casa galletas, golosinas, cereales azucarados, alimentos con mucho azúcar, etc.
Escuchar a los peques es esencial, ya que es absolutamente normal que hayan niños/as que comen menos que otros y por lo tanto no hemos de compararlos.
Fuera pantallas a la hora de la comida
Un móvil o una tablet interfiriendo a la hora de comer es contraproducente para los más pequeños/as, por más divertido que sea lo que proyecte.
Los peques no prestan atención a lo que están comiendo y se distraen, por eso, es recomendable evitar la exposición de los bebés de hasta 18 meses a las pantallas.
Es importante involucrar a los niños/as en la rutina alimentaria para que quieran participar en ella.
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